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2/25/2016

CATARSIS: Tú, humano, y mis noches de gritos. Parte II

     Siete noches. Así empieza la deliciosa cuenta regresiva que cierra los ojos de aquellos infelices incapaces de alcanzar la luna con su voluntad. Tus ojos (podridos de sociedad) .
      Siete noches y siete días. Poco a poco caemos en una espiral de arañazos y besos que robamos de los deseos del otro. Nos tumbamos en la ladera de la montaña y esperamos a una explosión sublime que te mueva a dejar atrás la tranquilidad y la cordura. Extraño los espejos que reflejaban tu rostro, y esos arcoíris cenicientos que unían tu destino con el mío.
      Está despuntado el alba y con ella, la ansiedad toma las riendas de mis pupilas. Ya sólo veo al monstruo de debajo de la cama intentando alcanzarme, besarme, tocarme, hacer de mí todo lo que, en el fondo, siempre soñó con hacer y nunca pudo. Pasaré siete noches durmiendo.
      Sigo tumbado en la ladera de la montaña, y veo una nube con forma de monotonía sobre mí, y su sombra me tapa. Los monstruos se tumban a mi lado y hacen el amor, y yo ni siquiera los miro. El alba sigue despuntado. Yo sigo esperando a que algo explote.

Siete días. Dios creó el mundo en siete días. ¿Y las siete noches? Se emborrachó, se folló a su creación, emanó, y los divinos cafés con sal sirvieron de poco. No es que a dios no le importes, cielo: es que tiene resaca.

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